Adhesivos para recubrimientos cerámicos

Variedad y elegancia

Como materiales arcillosos, pueden ser moldeados y formados en distintos tamaños y formas. Su resistencia contra los agentes corrosivos y contra las altas temperaturas los coloca entre los materiales de usos más variados en la arquitectura. Si bien implican delicadeza y cuidado, pues las fisuras son un riesgo que podría deteriorar toda la pieza, también es cierto que es un elemento práctico que se adapta a múltiples estilos, tanto en interiores como en exteriores. Por esta razón, se mantienen vigentes, armonizando en muy diversos diseños y aportando características como elegancia, estabilidad y estética.

Los recubrimientos cerámicos sobresalen por su resistencia contra condiciones adversas y su gran capacidad para incorporarse a múltiples estilos

En la edición anterior de Mejores Acabados se trató el tema de los recubrimientos pétreos en general, y su procedimiento de anclaje, ya fuera mediante adhesivos o mediante elementos mecánicos. El presente artículo buscará retomar una arista del tema anterior, para ahondar con más detalle en los recubrimientos cerámicos y en los adhesivos que se utilizan para su instalación.

Propiedades como el tamaño, el peso, entre otras, influyen directamente en la clase de adhesivos que se requieren. Este proceso no sólo implica la seguridad de un espacio, sino que también interviene en el impacto de un diseño. Por la estructura de las baldosas cerámicas, el orden y la distribución son elementos fundamentales, y en ellos influye un buen proceso de adhesión.

Adherencia
Para empezar, hay que aclarar que los recubrimientos cerámicos, aunque comparten cualidades con algunos materiales pétreos, tienen cualidades propias que exigen adhesivos especiales para su fijación. En ese sentido, no se puede implementar un mortero de construcción, pues no aportaría las propiedades de adherencia necesarias. Por otro lado, también es importante distinguir entre los morteros y los adhesivos para recubrimientos cerámicos, ya que suelen usarse indistintamente, pero en su diferencia está un rasgo definitivo en el procedimiento.

Morteros: Consisten en una mezcla de uno o varios conglomerantes, tales como el cemento o el sulfato de calcio, con agua y algunos aditivos que elevan propiedades específicas. En general, podemos distinguir los morteros para recrecido y para revoco. Los primeros se utilizan para permitir la colocación de cerámica en una superficie horizontal; los segundos, en una vertical. Así pues, estas sustancias servirán en la preparación, pero no en la colocación de las baldosas cerámicas. Para ello, se requieren los morteros tradicionales o de receta, que son mezclas de cemento, cal, arena y agua que se realizan in situ, es decir, en el lugar y el momento de la colocación.

Adhesivos: Por otro lado, los adhesivos de cerámicos incorporan algunas resinas poliméricas en las mezclas, para mejorar su propiedad de adhesión. Funcionan con base en la adherencia química y no tanto en la mecánica, conceptos que se definirán más adelante. En sí mismos, los adhesivos son la evolución natural de los morteros, ya que no tienen que elaborarse en el sitio de trabajo, sino que vienen dispuestos para su aplicación, todo lo cual ha cambiado las técnicas modernas de aplicación de cerámicos. Además de la facilidad del trabajo, garantizan una adherencia precisa en cada producto.

Te invitamos a disfrutar el articulo completo en nuestra edición de septiembre.