Corredor y jardín
En el pensamiento del pintor y arquitecto Juan O’Gorman, la casa es una variable más del jardín, y el jardín es una variable más de la casa.
En este sentido, el jardín correspondiente al pensamiento funcionalista, es práctico, utilitario, espontáneo con mínimos elementos compositivos que corresponden a cierta geometría. Así, las piedras –en este caso como gravilla de mármol o granito–, pueden llenar el corredor de entrada o un modesto jardín al aire libre. El diseño de un corredor de gravilla establece un punto focal, el punto donde nuestra vista llega primero y da la mejor impresión a los propietarios y visitantes.
Las rocas han sido un elemento básico de los jardines durante siglos. En la historia de Asia oriental, el uso de rocas en los jardines se remonta a más de 1500 años.
A menudo, las rocas serían el punto culminante de lo que hoy se conoce popularmente como ” jardines Zen”. Además de su largo y variado pasado como elemento básico de paisajismo, las rocas tienen una serie de beneficios prácticos. El uso de rocas en lugar de concreto o tierra en un corredor conduce a minimizar la erosión, reducir la maleza y el mantenimiento.
El uso de mármol trozado o gravilla de piedra provoca en el espacio una sensación de fluidez, ya que al no estar fijo el material genera movimiento y sonido, ofreciendo un dinamismo especial al diseño, pero sobre todo una maravillosa experiencia.
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