Control del clima: domótica y edificios inteligentes
La automatización inteligente de edificios y casas habitación es cada vez más común: sensores y algoritmos en busca del confort personalizado y el clima ideal.
La infraestructura de control de cualquier edificio inteligente es compleja, pero al mismo tiempo simple: funciona conforme a las necesidades propias del edificio y la forma que tiene él mismo de satisfacerlas. Una infraestructura inteligente se hace cargo de funciones de alto nivel como entretenimiento, recreación, seguridad y comunicación en red para los residentes. Otras funciones estándar del edificio –como calefacción, ventilación o iluminación– también pueden ser administradas por un sistema arquitectónico inteligente.
Entre los objetivos primordiales de los sistemas inteligentes de control y automatización de edificios, está aumentar la eficiencia energética. Un buen sistema de control de calefacción puede predecir la demanda de calor y entregar energía térmica óptima a los usuarios. Sin embargo, un sistema así no es una implementación sencilla. Debe cumplir con regulaciones y estándares, además de usar algoritmos de inteligencia artificial, para brindar funciones de alto nivel y pronosticar el consumo de energía.
Una infraestructura inteligente se hace cargo de funciones de alto nivel como entretenimiento, recreación, seguridad y comunicación en red para los residentes.
HOGARES INTELIGENTES.
La domótica, (del latín domus, casa) es el vínculo entre la tecnología de la información, los electrodomésticos y la electrónica, que posibilita que un edificio o casa sea “inteligente”. Permite la comunicación entre el usuario y un sistema de objetos conectados en un sitio dado. Estos objetos, a su vez, cuentan con una conexión entre ellos gracias al Internet de las cosas. Un sistema domótico recauda información que proviene de dichos objetos, la procesa y emite comandos u órdenes que activan o desactivan acciones automatizadas establecidas por el usuario.
Como es de suponerse, domótica y wifi son dos cosas que van de la mano. Esta relación, posibilita el control domótico de los objetos gracias a la intercomunicación y el traspaso de datos entre los dispositivos que forman parte de la central domótica en un edificio o casa. La domótica doméstica se especializa en el confort de los usuarios a través de la automatizción de comandos en un entorno inalámbrico. Un sistema así constituye lo que conocemos como “casa inteligente.”
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