Torre Iris: Convertir las desventajas

Torre Iris respetó una propuesta sencilla y clara en los acabados, pero también aplicó conceptos que pueden servir para diseños futuros en la arquitectura.

A partir de la necesidad de aislamiento a la que nos obligó la pandemia de Covid-19, el diseño arquitectónico debe implementar soluciones nuevas para conseguir espacios interiores agradables y suficientes para estos casos.  Como lo han provocado los terremotos en la Ciudad de México, esta pandemia cambió nuestra concepción de muchas cosas, incluyendo la arquitectura.

“Estaba pensando en la situación actual por la pandemia, y creo que muchos aspectos que introdujimos en este proyecto serán referencia para cualquier usuario de hoy en adelante. Creamos espacios realmente diminutos, bien ventilados; espacios donde existen diferentes visuales: hay una visual hacia dentro, hacia la rambla, hay una visual larga. Son espacios relativamente abiertos, pero hay lugares donde encerrarte.”

Por otra parte, una de las grandes dificultades para permitir el flujo en la zona del estacionamiento fue diseñar una rampa continua.
“Llegamos a un terreno que tenía 18 % de pendiente longitudinal, y nuestro objetivo era hacerlo completamente peatonal; sin embargo, lo máximo que te permite la normativa para minusválidos es un 6 u 8 %. Entonces el reto consistió en manejar esa pendiente para lograr un edificio 100 % peatonal sin ningún escalón, que fue el logro de la rambla central.”

“Esto también permitió”, complementó Virginia, “que se pudiera acceder desde el estacionamiento de comerciales y se entre a pie plano a la rambla central. Nos ahorramos las escaleras y el elevador. El tema fue cómo lograr que eso que nos juega en contra se puede convertir en una ventaja”.

La validez de esta frase va más allá de la técnica arquitectónica; nos exhorta a un trabajo integral, como el de estos arquitectos, que consiguieron aprovechar las adversidades para innovar en su disciplina.