Robie House, arquitectura orgánica

Integrando lo tradicional de la cultura estadounidense

Un trazado horizontal de ladrillos y madera; techos inclinados, franjas imponentes de ventanas, integración de elementos naturales, recuerdo de las estructuras del medio oeste americano. Todo eso y más es la casa Robie (Robie House). Este ícono de la arquitectura estadounidense se erige como un modelo que influyó en muchas edificaciones del siglo XX. Fue construida a principios del siglo pasado para que el joven de 28 años Frank Robie y su esposa gozaran de una vivienda innovadora, en donde se privilegiara la luminosidad y la ligereza. Esas características encajaban en el estilo de Frank Lloyd Wright, arquitecto encargado de esta obra.

Ubicada al norte de Chicago, Illinois, Robie House se ha convertido en una referencia para el llamado estilo de la pradera, que marcó una tendencia en la arquitectura de Estados Unidos. Además, con esta obra Wright consagró un movimiento netamente estadounidense, que lo convirtió en uno de los maestros más importantes de la arquitectura moderna. Por su estilo y su significado, la Unesco la declaró patrimonio de la humanidad en julio del presente año, junto con otras siete obras de este ilustre arquitecto.

El estilo de la pradera
A menudo se escucha la idea de generar un contraste entre el interior y el exterior de los espacios. Sin embargo, la arquitectura que concibió Wright para este diseño revolucionó ese concepto. Buscó un espacio integral, en que cada habitación provoca una sensación de amplitud, además de resaltar las características de transparencia visual y profusión de luz. Para ello, se inspiró en los diseños del medio oeste de Estados Unidos, en especial, en las construcciones de las praderas. Las características del estilo conocido como prairie houses son el priorizar las líneas horizontales sobre las verticales, el empleo de techos bajos y el uso de materiales como la madera y el ladrillo. Además, se destacan las ventanas de gran tamaño, para que la iluminación se integre a los espacios interiores.

Horizontalidad
Las líneas horizontales se combinan con la volumetría. El plano horizontal y las formas cúbicas indican una libertad formal que no se había visto en la arquitectura europea. Todos los componentes buscan remarcar esas dos principales características, sobre todo el tamaño y la forma de los voladizos. También se nota el uso de la horizontalidad en los muros exteriores: cercan la casa con poca altura, y están rematados por albardillas de piedra blanca. En todos estos componentes se busca la amplitud en vez de la altura, de tal modo que se provoque un efecto de integración con el entorno. Por otro lado, los materiales también acentúan los elementos naturales. El ladrillo, la piedra y la madera predominan en la construcción. De hecho, el ladrillo que Wright usó fue un modelo alargado con juntas horizontales entre las piezas.

Armonía en el interior
Frank Robie no gozó de su casa durante mucho tiempo, debido a problemas financieros. Así, la labor de amueblado no pudo culminarse tal como la concebía Wright, quien es responsable del diseño de los muebles. De hecho, la integración de los muebles se completó posteriormente, tras la restauración de esta edificación. Sin embargo, su composición dejó diversos elementos para integrar el diseño. En primer lugar, la entrada no se define claramente, sino que se vuelve discreta frente a la estructura de ventanas. Los espacios se suceden con ligereza. El salón y el comedor están separadas por la chimenea; a su vez, el comedor deja vista libre al salón de juegos. Las paredes muestran el tabique expuesto, al igual que en la parte exterior. De ese modo se integran la sala de estar, la cocina, cuatro dormitorios y la zona de servicio.

Legado
La concepción de arquitectura orgánica de Frank Lloyd Wright es el principal legado del estilo pradera. Las construcciones respondieron contra el industrialismo de la época; fueron una reacción horizontal ante la verticalidad de los diseños modernos. Esa idea de arquitectura buscaba armonizar con el ambiente, como si las viviendas crecieran del suelo natural. En ese sentido, ésa es la mejor manera de perpetrar una obra artística. Fue éste el concepto que Wright dejó plasmado. Ahí radica la importancia de Robie House para la arquitectura estadounidense.