Resistencia de un piso

Los pisos cerámicos sólo resisten desgaste por fricción, que es principalmente el efecto del calzado, rapando la superficie; cuanto más se raspa, más se desgasta. 

Al momento de seleccionar un piso, surge la duda de si necesitamos un piso de tránsito pesado, confundiendo el peso de lo que vamos a apoyar en él -por ejemplo el peso de un automóvil en el piso del garaje- con la resistencia del piso a un tránsito intenso. Cuando hablamos de la resistencia del piso, señalando que es de alto tránsito, o tránsito pesado, nos estamos refiriendo al hecho de que mucha gente transitará por encima de él. Los pisos cerámicos sólo resisten desgaste por fricción, que es principalmente el efecto del calzado al raspar una superficie; cuanto más se raspa, más se gasta. Paradójicamente, el auto es un buen amigo del piso, ya que el desgaste que sufre por las ruedas es muy bajo. 

Si colocamos un objeto debajo de una loseta cerámica y una persona se coloca encima de ésta, no hay duda de que se va a trozar.

Lo anterior se da debido a que la loseta no va a resistir la flexión a la que es sometida. Ahora bien, cuando la loseta está apoyada sobre una superficie pareja y resistente: si nos paramos arriba, por supuesto que no se rompe. Esto es lo que, por suerte, sucede con todos los cerámicos correctamente colocados. Cuando un piso está adecuadamente instalado en el sustrato, en un firme de concreto o piedra, no habrá tendencia a que la loseta necesite flexionarse, sino que el peso que recibe se trasladará por completo a la superficie inferior, por debajo de la loseta, haciendo una fuerza que se le denomina compresión. 

Cuando se hacen contrapisos, pobres en cemento, con proporciones incorrectas del mortero y sin armadura de acero, es muy probable que el peso, por ejemplo de un auto, aplaste y deforme el piso firme. Lógicamente, el cerámico acompañará esta comprensión, ejerciendo también flexiones irregulares, hasta fracturarse. Otro defecto frecuente del sustrato, es que se dejen huecos o vacíos del adhesivo cerámico, con las mismas consecuencias.

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