Protección de ventanas contra el calor

Publicado en: Noticias | 28 marzo, 2023

Toda la parte acristalada de una ventana es la más débil a la hora de hacer de barrera entre el sol (radiación solar) y el interior de una edificación.

A pesar de que se tengan vidrios dobles con cámara, la transmitancia térmica (que es el flujo de calor que pasa a través de los materiales), en el caso del vidrio es alta.


Lo más eficaz es una protección en el exterior de la ventana que evite la incidencia solar en el cristal para que no se produzca el efecto invernadero.

Por ello, en función del tamaño y posición de la ventana, se pueden utilizar estores, toldos o algún elemento arquitectónico integrado en la fachada, como contraventanas o celosías y, no pasar por alto que los cristales con filtro solar, son la mejor opción para evitar la saturación de calor.

Para el sistema de bioclima es fundamental que las ventanas permitan no sólo la libre y correcta circulación del aire al interior de las construcciones, sino también la conservación de la temperatura ideal que permitirá el ahorro de energía al no usar uso de la calefacción o sistema de clima.

El doble acristalado minimiza considerablemente las pérdidas de calor; aunque debido a su  constitución reduce la transparencia con relación a la radiación solar.

La importancia del aislamiento en las ventanas es que permite, durante el día, de manera óptima, captar la radiación natural del sol hacia el interior, ofreciendo como resultado una mejor iluminación y ambiente cálido al interior de los inmuebles. Por las noches, la reacción será inversa y permitirá que el calor salga hacia el exterior por conducción y convección, ya que el cristal opaco es infrarrojo.

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