Prejuicios en los materiales en el mundo

Publicado en: Noticias | 29 marzo, 2023

Aunque podemos hablar aquí extensamente acerca de las bondades y carencias de cada uno de los materiales de construcción, es un hecho que en cada lugar del mundo son vistos de forma distinta.

Muchas veces, respondiendo a prejuicios o tendencias —por no decir modas—, un material es más o menos apreciado dependiendo del sitio. Por ejemplo, en la región que comprende Tanzania, al este de África, las enramadas o techos de paja no son muy utilizados en construcciones habitacionales y la gente que tiene los medios, prefiere hacer un techo de cemento.

“La función de la arquitectura debe resolver el problema material sin olvidarse de las necesidades espirituales del hombre”. Luis Barragán

Sin embargo, este tipo de techos o enramadas, son al mismo tiempo inmensamente populares y una opción de diseño muy usada por los alojamientos de lujo situados cerca de los parques nacionales de la región, muchos de los cuales buscan atraer turistas con esa apariencia rústica.
Resulta una dinámica interesante, en la que un material puede ser menos preciado por razones de estatus social y al mismo tiempo, cuando se usa en un hotel de lujo, es elogiado por ser parte de la arquitectura que sí es sensible a lo vernáculo y las tradiciones locales.
Otro ejemplo de cómo un material puede ser alabado o satanizado —y de cómo esto depende sólo de prejuicios que son derribados con el
tiempo—, es el concreto.

Conocido por siglos, no fue sino hasta la Revolución Industrial que se perfeccionó su versión reforzada.

Con alma de acero, el concreto reforzado comenzó a ser cada vez más utilizado a finales del siglo XIX. Para 1903, en Ohio, E.U., se construía el primer rascacielos, hecho naturalmente con este novedoso material. Sin embargo, al menos en el contexto estadounidense, existía una resistencia general a considerar al conceto reforzado como un material de construcción real. La gente creía que era un material demasiado aburrido. Pero esa percepción cambió en un santiamén. Resulta que, en 1906, un terremoto sacudió la ciudad de San Francisco y muchos edificios colapsaron. A pesar del sismo, El Campanile, un edificio de concreto reforzado construido dos años antes, permaneció firme y de pie. Así renació el concreto, como un material robusto, fuerte y confiable. A partir de entonces, las normas de construcción en San Francisco fueron corregidas para fomentar su uso.

¡Busca más novedades y productos en nuestra edición de febrero!