Plafones y falso techo

Publicado en: | 1 marzo, 2019

Un falso techo o plafón tiene la posibilidad de hacer que una habitación sea más atractiva ya que puede ocultar vigas de techos, o una superficie sin acabados o con defectos.

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Los propietarios de edificios habitacionales están optando cada vez más por un falso plafón, principalmente por razones estéticas. Y es que los plafones se diseñaron precisamente para ocultar la infraestructura del edificio, incluidas las tuberías, el cableado o los conductos; esto mediante la creación de un amplio espacio sobre un techo volado, que también permite el acceso para reparaciones e inspecciones. El falso plafón, conocido también como falso techo o techo abatido, funcionan como un segundo techo que cuelga por debajo del techo original o estructural. Los plafones más simples tienen forma geométrica, siendo los cuadrados o redondos los más populares. Aunque actualmente existen plafones con diseños muy variados que pueden integrarse a ambientes de diferentes estéticas y estilos.

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Un falso techo tiene la posibilidad de hacer que una habitación sea más atractiva ya que puede ocultar vigas de techos, o una superficie sin acabados o con defectos; se pueden colocar focos empotrados en él, y como ya mencionamos, ocultar cables y tuberías de alimentación. Otro de los objetivos más destacables del falso plafón es que funciona como un aislante térmico y acústico (se evita el eco o la reverberación), además pueden añadirse componentes aislantes para destacar estas capacidades. Por tanto, un falso plafón puede también proporcionar grandes ahorros en los costos de calefacción.

Vale la pena destacar que los plafones modernos han alcanzado una elevada resistencia a la humedad y a la exposición al calor y el fuego. En otras ocasiones pueden ser un mero elemento estético, colocado con alguna textura o material determinado para decorar el espacio.

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Colocación
Un falso plafón consiste en una rejilla de canales metálicos en forma de “T” invertida, suspendida de los cables desde la estructura superior. Estos canales se unen en un patrón de celdas espaciadas regularmente; a toda esta estructura se le denomina sistema de suspensión. Cada celda se llena con paneles de techo livianos o “plafones” que simplemente caen en la rejilla. Los paneles individuales, generalmente de cartón (plafones orgánicos), se colocan dentro de la parte inferior de esos espacios de modo que el lado exterior del cartón, intercalado con rieles de aluminio, se visualiza como el techo desde abajo. Esto hace que sea relativamente fácil reparar las tuberías y el aislamiento detrás del techo, ya que todo lo que se necesita es levantar el plafón respectivo.

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Dependiendo del diseño y de los objetivos del proyecto con el falso plafón, es fundamental planificar la instalación y ejecución, teniendo en cuenta la naturaleza del material, la fijación, la durabilidad del mismo; así como las características físicas como la altura, el acabado de la superficie, etcétera. Por ejemplo, cuando se trata de planificar oficinas o espacios comerciales, las líneas de servicio de HVAC, iluminación y otras líneas de soporte tomarán un cierto porcentaje de altura, lo que puede resultar en la reducción de la altura del espacio.

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Antes de empezar a instalar un plafón, hay que definir y planear los espacios; realizando un dibujo a escala del lugar que se va a modificar, ubicando con exactitud los requerimientos y asegurándose de tener todas las herramientas y materiales indicados.

Te invitamos a disfrutar el articulo completo en nuestra edición de marzo.

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