Pasión interior: entrevista con Sofía Aspe

Publicado en: Noticias | 23 septiembre, 2021

Una de las primeras cosas que Sofía nos confiesa, es que se tardó mucho en encontrar su pasión. Aunque, por otro lado, nos aclara que las cosas suceden por algo y los tiempos tienen su razón de ser.

Amena e interesante fue la conversación con Sofía Aspe, quien amablemente accedió a brindarnos una entrevista. Entre la arquitectura y la decoración, esta talentosa mujer mexicana nos revela los secretos de una profesión que va más allá de las tendencias.

No fue sino hasta que una amiga la contrató para remodelar un privado y le pidió como condición que cobrara por su trabajo, que Sofía se profesionalizó. “Ahí es cuando todo se formalizó. Empecé a tener un equipo de proveedores y al poco tiempo, se vino un departamento en Polanco donde hicimos obra, acabados y decoración. Después todo fue como una bola de nieve. Empecé trabajando sola y luego comencé a contratar mujeres. Desde el principio decidí contratar sólo mujeres en el estudio”, nos aclara al tiempo que acepta que tiene “la suerte de hacer lo que me gusta, no mucha gente tiene esa fortuna”.

Tras incursionar en el catering y tomar cursos que la llevaron del modernismo a las teorías del color y al mismo interiorismo, comenzó –hace casi diez años– a decorar para amigos y familiares, aún de forma amateur.

Celos paternales

Aún con todo este éxito y con una trayectoria que pesa cada día más, Sofía sigue pensando en lo curioso de su trabajo. “El interiorismo es una actividad peculiar ya que estamos entre la arquitectura y la decoración. Por un lado, nos metemos en temas de acabados o de ejecución de obra –lo que va más allá de decorar–; pero, por otro lado, no tomamos decisiones importantes en un proyecto como la altura del techo, las entradas de luz o la conformación de los cuartos. Eso lo decide un arquitecto. Entiendo que a veces sean reticentes a nuestro trabajo. Es como si ellos acabaran de tener un bebé y ahora entras tú a decidir el color de su pelo y sus ojos y la ropa que lleve. Suelo ser muy respetuosa con los arquitectos y su visión original. Ellos van primero en el sentido que llegaron a la obra antes, pero no por eso dejaré de poner mi sello propio. Creo que cuando hay diálogo y colaboración, suceden cosas muy interesantes”.

Al cliente, la verdad

Pero ese diálogo no sólo es entre colaboradores, el cliente también participa. “Los clientes cada vez involucran más al interiorista con el arquitecto para que opine sobre los acabados. Eso es lo ideal, nosotros sabemos qué envejece bien y qué no, qué se mantiene más limpio, qué materiales hay que usar en verticales y no en piso, cuáles son buenos para alto tránsito y cuáles no”. Asimismo, reconoce que hay ciertas recomendaciones que siempre hace a sus clientes: “Normalmente, evito las tendencias en los acabados. Invito al cliente a que no use la duela de su sala, o el granito de su comedor, en un color que esté en tendencia porque tal vez en 2 o 3 años se va a ver vieja porque recurrió a la moda, que es algo efímero. Procuro usar materiales que sé que van a envejecer bien. La moda o la tendencia la uso en el papel tapiz o en el color de un sillón pequeño, que no sea el sofá principal en una estancia o tal vez en alguna pieza de arte contemporáneo.”

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