Pabellón Alemán en Barcelona: política arquitectónica

Publicado en: Noticias | 23 noviembre, 2021

El Pabellón Alemán tiene una marcada manera en cuanto a su distribución, que influye en su expresión arquitectónica. 

Existen tres recintos claramente diferenciados dentro del Pabellón: Un patio de recepción, un núcleo edificado y un patio trasero. El primero es el área de acceso e incluye un espejo de agua cuyo fondo está cubierto por gravilla. Eso genera un juego de luz extraordinario entre la opacidad de los muros, el reflejo del agua y la transparencia del extremo del Pabellón. La entrada a la construcción es una experiencia en sí misma, debido al vacío y la transparencia del entorno.

Otro de los accesorios arquitectónicos que se incluyeron en el Pabellón de Barcelona, es la escultura sobre el estanque. Esculpida por el artista –también alemán–, Georg Kolbe, se trata de una mujer con los brazos en alto, al más puro estilo clásico.

El segundo recinto es el núcleo edificado. Una serie de muros hechos con diversos materiales controlan la vista del entorno, ayudándose de transparencias, opacidades, traslapos y espacios vacíos. La relación e interacción entre los materiales utilizados en este núcleo, representan un mensaje claro de aquel agonizante imperio. Cuatro tipos de mármol recubren el armazón metálico del Pabellón: Mármol travertino romano, mármol alpino verde, mármol verde de Grecia y ónice dorado de las montañas Atlas, en África. Formas puras, casi minimalistas pero imponentes e implacables en su afán político.

El patio trasero está cercado por una pared y aloja una pequeña poza llena de agua. Ahí, se encuentra una estatua de Alba, la deidad romana que personifica a la aurora, producida por Georg Kolbe. La figura de esta obra de arte, se proyecta y refleja de forma repetida en el agua, los cristales y el mármol.

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