Pabellón Alemán en Barcelona: corazón de mármol

Publicado en: Noticias | 24 noviembre, 2021

Junto con el diseño, los materiales utilizados en la construcción del Pabellón, le otorgan su verdadera esencia arquitectónica y personalidad etérea.

La espectacular aplicación que van der Rohe le da al mármol, es posible gracias a un proceso llamado “brochado”, a través del cual se crea una partición simétrica para mostrar el interior del mismo. Cuando se expone a la luz del sol, el mármol travertino se ilumina de tal forma que pareciera que dispone de una fuente de luz propia. La luz solar se disuelve en la piedra e ilumina el espacio, creando una atmósfera única.

Los otros dos materiales principales que van der Rohe utilizó en el Pabellón, fueron el vidrio y el acero. Usados para enmarcar y cubrir las paredes erigidas con los grandes bloques de mármol, el vidrio y el acero fueron moldeados de forma fina. Los ocho pilares cruciformes que sostienen el techo están forrados con acero cromado y la cubierta plana está hecha de concreto armado.

La composición arquitectónica del Pabellón se basa en un juego independiente y ortogonal del plano, otorgándole una gran fluidez espacial.

SIMETRÍA CLÁSICA.

En el Pabellón de Barcelona y otras obras posteriores de van der Rohe, existe un obvio sentido de composición clásica. A partir de esta obra, los edificios creados por este arquitecto –nacido en el antiguo imperio prusiano en 1886 y emigrado a EU en cuanto el nazismo llegó al poder–, jamás se apoyarán directamente sobre el suelo. En lugar de ello, reformula el basamento de los edificios clásicos gracias a un podio, sobre el cual erige sus edificaciones. Usando el mismo criterio, formula las proporciones de los elementos, crea un sentido de la horizontalidad y reinterpreta el principio de simetría axial. Otra alusión explícita al clasicismo en el Pabellón, es la estatua en el estanque del patio interno, obra de Georg Kolbe y titulada “Luz de amanecer”.

La composición arquitectónica del Pabellón se basa en un juego independiente y ortogonal del plano, otorgándole una gran fluidez espacial. Esto, aunado a sus grandes ventanales, permite un diálogo entre el interior y el exterior del edificio. Para muchos, esta concepción de fluidez y transparencia, no eran más que símbolos de lo que la entonces República Alemana deseaba transmitir: Libertad y progreso, en lugar de los valores del extinto Imperio Prusiano.

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