Optimización y ahorro en sistemas de domótica

Publicado en: Noticias | 26 noviembre, 2021

Otras funciones estándar del edificio –como calefacción, ventilación o iluminación– también pueden ser administradas por un sistema arquitectónico inteligente.

Al menos el 40 por ciento de la energía gastada en la mayoría de los países, se emplea en el funcionamiento diario de los edificios. En ese sentido, el Consejo Americano para una Economía Eficiente de Energía (ACEEE), indicó recientemente que los edificios en EU podrían ahorrar hasta $60 mil millones de dólares al año, si las inversiones en eficiencia energética se incrementaran tan solo 1 a 4 por ciento. Otro dato contundente para alentar a que continúen estas tendencias en el ahorro energético es el siguiente: Si se considera la vida útil de los edificios desde el momento en que se colocan los primeros cimientos, hasta su desmantelamiento final, el 90 por ciento de las emisiones de dióxido de carbono se generan durante la etapa operativa, es decir, después de su construcción. Esto se debe, en gran medida, al consumo energético requerido por sus sistemas HVAC, su iluminación y su red eléctrica.

Una infraestructura inteligente se hace cargo de funciones de alto nivel como entretenimiento, recreación, seguridad y comunicación en red para los residentes.

El avance tecnológico actual y la utilidad ya demostrada del Internet de las cosas representan una fuerza potencial significativa para acelerar la transición de un sistema energético centralizado, a una red descentralizada. En dicha red los edificios son productores y consumidores e incluso pueden decidir cuándo actúan como uno, o como otro. Esa red inteligente, no es algo muy lejano.

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