Objetos que trascienden en la terminal TWA

Publicado en: Noticias | 20 julio, 2021

“La arquitectura no sólo sirve para satisfacer las necesidades del hombre, también debe acentuar la creencia en la nobleza de su existencia”. Eero Saarinen

Los grandes paneles de cristal encima del concreto también están apuntalados con acero. Estos muros de cristal están decantados hacia el exterior y alcanzan el techo en un ángulo específico, que intenta imitar la visión que tiene alguien que vuela y se asoma para ver la Tierra debajo. Estos ventanales también concentran el propósito de la estructura: Proporcionar una vista de los aviones que aterrizan y despegan.

Sin duda, uno de los rasgos más admirables de la terminal de la TWA es su capacidad de trascender en el tiempo. Es decir, el edificio ha sobrevivido el constante crecimiento del aeropuerto JFK y, aunque desde hace mucho dejó de funcionar como un espacio para el abordaje y descenso de pasajeros a los aviones, no dejó nunca de impactar a la gente, proporcionándole a su viaje la dosis adecuada de contemplación e interacción con el edificio.

Eero Saarinen sólo vivió 51 años, falleció en 1961 a consecuencia de un tumor cerebral. Murió sin ver completadas obras suyas que le dieron identidad arquitectónica a EU.

La terminal de la TWA fue designada monumento histórico en 1994 y el arco Gateway —que construyó en la ciudad de San Luis, Missouri, como un homenaje a los americanos que exploraron el Oeste estadounidense— fue inaugurado en 1967, una forma audaz de complicada ingeniería que provocó gran controversia en su tiempo y aún a la fecha.

Pero el legado de Saarinen va más allá de la arquitectura y sus ideas tomaron forma a través del diseño industrial para trascender en la vida diaria de los americanos. Durante la década de los 30, Saarinen trabajó con Charles Eames, miembro de la Academia Cranbrook en Michigan, institución que resaltaba la fusión de forma y función, oficio y tecnología y material e idea. Juntos fueron pioneros en el diseño de muebles que se adaptaran a las formas del cuerpo humano.

La mesa y la silla Tulip, diseñadas en 1956 y producidas por Knoll, son un ejemplo de sus intentos por amalgamar en un objeto utilidad y diseño. Otra de sus colaboraciones fue la serie de asientos con el que entraron al concurso Organic Design in Home Furnishing y que hoy en día fabrica Vitra con el nombre de Organic.

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