Luz de la razón

El diseño del Instituto Salk fue pensado de una manera estratégica para que los pisos subterráneos de los edificios captaran de la misma la luz natural del día 

Como respuesta contundente a la petición de Salk en el sentido de que el Instituto fuera un lugar con un ambiente acogedor y estimulante para la investigación y el pensamiento científico, Kahn decidió inundar los laboratorios con luz natural. En los niveles de laboratorio, hizo que todas las paredes exteriores se construyeran fuera de los grandes paneles de vidrio de doble potencia, para crear un entorno abierto y bien ventilado.

Debido a que los códigos de zonificación obligaron a que los primeros dos pisos de cada edificio estuvieran bajo suelo

Kahn se las ingenió para llevar la luz hasta allá abajo: diseñó una serie de pozos de luz de 40 pies de largo y 25 de ancho a ambos lados de cada edificio. Así, la luz natural del día podía llegar incluso debajo de la tierra.

Cabe destacar que los vanos en las fachadas están pensados para dirigir la vista al océano. Las modificaciones geométricas de los edificios son elementos importantes en la composición de la obra porque mientras ayuda a ventilar e iluminar los espacios internos, dirigen los visuales a lo más destacado del entorno inmediato del lugar.

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