Laura Arroyo: objetivos en claro

Actualmente, los diseñadores de iluminación arquitectónica abrevan de otros campos y disciplinas para llevar la luz más allá de lo funcional.

En un mundo que aún está descubriendo las posibilidades arquitectónicas del diseño de iluminación, es importante que alguien como Laura nos recuerde las ventajas de incorporar un diseñador como ella en un proyecto arquitectónico.

“Nuestro trabajo puede agregarle mucho valor a la obra de cualquier arquitecto. Así como de día pensamos ‘cómo va a entrar la luz natural o qué pasa con la luz y la sombra en un espacio interior conforme va pasando el día’, también podemos adoptar esa perspectiva las 24 horas, incluida la noche. Todo esto le da mucho valor a una obra en términos estéticos y de funcionalidad. Puede ser una casa privada o una tienda, donde –aunque no lo parezca–, se sigue mucho el ‘objetivo final’. Por ejemplo, el objetivo final de una casa es que las personas que la habitan vivan el estilo de vida que siempre soñaron y que se sientan bien. La iluminación contribuye a dicho objetivo. En una tienda, por ejemplo, quieres ver la mercancía y atraer a un cierto tipo de cliente y que la gente compre.”

”La arquitectura es el juego sabio, correcto y magnífico de los volúmenes bajo la luz.”

“Con la iluminación no sólo se destaca el lugar, también se va creando ese caminito para que la persona llegue a comprar y se visualice con los productos. Esos son sólo dos ejemplos, creo que el arquitecto debe aprovechar la iluminación tanto para realzar su propia obra arquitectónica, como para ayudarle a su cliente a lograr ese objetivo último. Y, obviamente, bien aplicado, también estará la cuestión energética: usar los materiales adecuados, no más, no menos. Cuidar el entorno aprendiendo cómo reusar los equipos, cuáles se pueden reusar por piezas, hay todo un mundo en la planeación arquitectónica y muchos otros factores que intervienen.”

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