Las remodelaciones del Crown Hall

Pese a la fuerte estructura y a la resistencia de los materiales, el Crown Hall sufrió un deterioro normal, sobre todo en las estructuras de acero, que poco a poco se fueron oxidando.

Esta condición se agravó por una descuidada remodelación en la década de los 70, en la cual no se respetaron las condiciones artísticas y estructurales de la fachada, por lo se puso en peligro la integridad del notable edificio. Con ese motivo, en la primavera de 2003 se inició un proceso de restauración, que buscaba rescatar sus características de elegancia y funcionalidad.

Para ello, se realizó una tarea multidisciplinaria, contemplando la arquitectura, preservación e ingeniería. Este trabajo conjunto, característico de la arquitectura actual, buscó reemplazar primero el acero oxidado de la estructura principal, que después se protegió con un proceso de arenado y tres capas de imprimación epóxica, junto con una más de pintura.

Por el aspecto anterior, se tuvieron que remover los paneles de vidrio y reemplazar la mayoría de ellos, lo cual significó un reto de gran dificultad, pues de estos elementos dependía la integridad de todo el estilo, y la fuerza estética de la obra original. Por ello, se probaron 80 tipos diferentes de perfiles de vidrio, para conseguir el más adecuado en la armonía de la estructura.

El vidrio final tuvo media pulgada de grosor y con un bajo contenido de plomo, con lo cual se redujeron los tonos no deseados en el momento de la difracción. Sin embargo, esto involucró modificaciones en los elementos de sujeción para las nuevas piezas, con el propósito de no cambiar el espesor de la fachada y las piezas metálicas. De esta manera, se respetó la estructura original y las dimensiones ideales de toda la obra.

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