La vegetación como elemento arquitectónico

La jerarquía visual que se genera en el espacio depende del uso de elementos, tanto estructurales como detalles arquitectónicos, exteriores y el contexto en sí mismo. 

Un diseño integral, depende del equilibrio que se establezca mediante el uso de diferentes componentes arquitectónicos, con contrastes en texturas, colores, sombras e iluminación. Un elemento de los más representativos es la vegetación natural; mediante el uso de diferentes alturas en la misma, se proporciona la escala visual necesaria para complementar la envolvente del diseño. Al fusionar lo existente y adaptarlo a un diseño innovador, se obtiene un espacio auténtico, con identidad propia, habitable y expresivo.

La incorporación de la vegetación natural en un proyecto, además contribuye con beneficios ambientales, sociales y estéticos. Mejora la calidad del aire al mitigar los efectos de una isla de calor reduciendo la temperatura en el entorno, ya que la radiación solar es absorbida evitando que se almacene en los materiales arquitectónicos y estructurales. También el proceso de purificación de aire es favorecido ya que el permite la absorción de CO2 y la generación de oxígeno y crea una capa acústica natural reduciendo el impacto sonoro. Para cumplir con el objetivo del diseño equilibrado, mediante la integración de la vegetación en contexto, es de vital importancia crear un plan de mantenimiento continuo, con el objetivo de mantener los beneficios de diseño, ambientales y creativos.