La subjetividad del interiorismo

Publicado en: Noticias | 22 octubre, 2020

El diseño de interiores es el arte y la técnica de mejorar el espacio interno de un edificio, para lograr un ambiente más seguro, saludable y, estéticamente, más agradable para las personas que lo usan.

Si nos damos la oportunidad de voltear a nuestro alrededor y, particularmente, ponemos atención en los detalles de la habitación en la cual nos encontramos ahora mismo, podremos coincidir en que hay muchas decisiones que se toman al planificar el espacio. Desde la iluminación, los recubrimientos en muros y pisos, los muebles y su ubicación, e, incluso, los elementos decorativos, como cuadros, persianas, plantas y esculturas.

Todas, sin excepción, son decisiones importantes. Al desarrollar proyectos de interiorismo, uno de los retos es asegurar que el proyecto se vea y se sienta cohesivo en su totalidad, satisfaga a los usuarios y se logre dentro de los presupuestos y tiempos establecidos. Hoy, las alternativas de estilos y sus variantes son muy amplias, ya que el público está más abierto que nunca a las ideas y propuestas más atrevidas.

Las reglas del diseño se han flexibilizado frente a la simetría cuidadosa, que fue una regla generalmente aceptada durante el Renacimiento, por lo cual, en cualquier edificio clásico, uno puede estar seguro de encontrar una fachada simétrica y cuidadosamente equilibrada, al igual que en la mayoría de los interiores. Sin embargo, el equilibrio y la simetría, aplicados como principios rígidos de diseño, dan como resultado interiores muy formales, tradicionales y algo aburridos.

Subjetividad de conceptos

La conexión entre arte, arquitectura y diseño ha sido una permanente discusión a lo largo de varias décadas. Por supuesto, el interiorismo no es una búsqueda artística ni mucho menos, es tan sólo un proceso que se basa en el uso de varias disciplinas, con la finalidad de lograr una comprensión acertada, sobre cómo las personas son influenciadas por sus entornos.

Debemos reconocer, además, que los elementos que justifican cada propuesta en el diseño interior, son predominantemente de índole personal, por tanto, son sumamente subjetivos. El reconocimiento de este hecho dificulta la aplicación de criterios universales válidos. Lo que puede parecer novedoso y acertado para una persona, puede ser desagradable o insulso para otra. Cada individuo aporta al diseño interior sus propias costumbres culturales y sus propios prejuicios, por eso mismo, en muchos sentidos, está psicológicamente condicionado e influenciado para aceptar ciertas cosas y, como es lógico, rechazar otras.

Es deseable que los diseñadores de interiores conozcan la historia del diseño, la integridad estructural de los edificios, los reglamentos de construcción, regulaciones y estándares locales, la antropometría, la ergonomía, los conceptos espaciales, la psicología del color, el dibujo asistido por computadora (CAD), entre muchas otras disciplinas y técnicas.

Lo anterior resulta relevante porque el profesional del interiorismo, eventualmente, participará en la planificación de la arquitectura de una habitación, incluidas las consideraciones técnicas, como la colocación de puertas y ventanas, o de los sistemas de iluminación, entretenimiento, aire acondicionado, tratamiento acústico y comportamiento de materiales.

El diseño de interiores es una profesión creativa, que es relativamente nueva, en constante evolución y, a menudo, confusa para el público, ya que implica investigación, análisis y comprensión profunda de los objetivos y deseos del usuario o propietario de un espacio.

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