La belleza del estuco

Publicado en: Noticias | 21 enero, 2022

Además de ser uno de los materiales de construcción más comunes, el estuco es una técnica –y al mismo tiempo una categoría de materiales–, que nos sirven para cubrir y decorar una gran variedad de superficies como paredes y techos.

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Como categoría de materiales, con los estucos se prepara una pasta o masa de arena fina que puede estar compuesta de diferentes elementos como el yeso, cemento, cal o el polvo de mármol; que, junto con otros ingredientes como pigmentos, pegamentos (también llamados colas) y resinas naturales; se emplean para cubrir o revestir (también llamado enlucir) paredes o techos interiores, con una sucesión de capas de diferentes grosores que se irán endureciendo, las cuales se pueden barnizar para protegerlas y darles mediante el pulido, un brillo muy atractivo, de apariencia similar al mármol natural. En la mayoría de las ocasiones los estucos se utilizan para cubrir materiales menos atractivos como el concreto, bloques, ladrillos, adobe, entre otros.

En la mayoría de las ocasiones los estucos se utilizan para cubrir materiales menos atractivos como el concreto, bloques, ladrillos, adobe, entre otros.

El término estuco proviene del italiano stucco, que es una forma de acabado o decoración de paredes y techos, interiores o exteriores, basada en pinturas y en diferentes materiales que permiten la obtención de diversas texturas. Al ser un material tan versátil, se adapta fácilmente a cualquier tipo o estilo de construcción o época. Hay muchas clases de estucos, pero el más famoso es el veneciano, también llamado “lustro veneciano”. Es un revestimiento que se desarrolló en Venecia, Italia a comienzos del siglo XV. Su acabado es plano y brillante como un mármol pulido, con diferentes tonalidades de color. El estuco veneciano es elástico, tiene una gran resistencia y se aplica con facilidad.

Los romanos utilizaron el estuco en sus construcciones basados en los conocimientos heredados de la antigua Grecia, que más tarde fueron reutilizados durante la época del Renacimiento a modo de complemento arquitectónico en los palacios franceses. En los muros de los templos se solían pintar figuras con estuco blanco; mientras que el estuco coloreado se usaba en la decoración de castillos y palacios. Durante esta época se perfeccionaron un gran número de técnicas, que más tarde se difundieron entre los artesanos y maestros por toda Europa, quienes posteriormente lo llevarían a América.

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