Ingeniería del Edificio El Moro
Este edificio no se limita a su impactante estructura arquitectónica, sino que también en la técnica empleada para que soportara los movimientos telúricos en la Ciudad de México.
La manera en que se construyó el edificio de la Lotería Nacional marcó una tendencia para la construcción en zonas sísmicas y con terrenos fangosos. La técnica empleada se llama sistema de flotación elástica. El terreno en el que este edificio fue construido no sólo tenía que enfrentar sismos potenciales, sino que también consistía en una superficie porosa y saturada de agua.
El sistema de flotación elástica consistió en añadir 180 pilas fabricadas con concreto y acero, que penetraron a una profundidad de 55 metros, donde pudieron llegar al subsuelo más firme y rocoso. De esta manera, el edificio consiguió estabilidad y no sufrió graves consecuencias contra los sismos de 1957, 1985 y 2017.
El Edificio El Moro también marcó una nueva tendencia en la construcción, en México y en todos los rincones vulnerables ante los movimientos terrestres.
Las remodelaciones
A lo largo del tiempo, tuvo algunas remodelaciones que llegaron a alterar su estilo arquitectónico. La primera de ellas consistió tan solo en la remoción de la antena en su parte más alta; esto se debió a que la empresa Televisión de México se mudó de instalaciones.
Sin embargo, los dos impactos realmente graves en su arquitectura ocurrieron en 1978 y en 1990. En la primera de ellas se perdieron algunos detalles de la fachada original, lo que aminoró el impacto de las líneas verticales. Además, se agregaron las dos estelas que se encuentran en la entrada y se renovaron las antenas de telecomunicaciones.
En 1990 el rascacielos tuvo que adaptarse a los reglamentos de construcción .Con ellos se perdió gran parte de la elegancia de este edificio. Las estructuras de hierro forjado fueron sustituidas por grandes elementos de aluminio, mientras que las ventanas de la fachada incorporaron cristal espejo en su estructura.
En el año 2010 este edifico recuperaría su esplendor. Como parte de los festejos por el bicentenario de la Independencia y el centenario de la Revolución
En sus interiores, se realizó una limpieza de los elementos del vestíbulo y se rescataron las cajas de pago de los premios, así como el piso de madera y un antiguo vitral de coloridos mosaicos con relieve. Fue en esta remodelación cuando Ariosto Otero agregó su mural, de tal modo que el espacio interior cobrara una nueva vida, con exposiciones, conciertos y diversas actividades.
El edifico de la Lotería Nacional recuperó así la fuerza de sus líneas verticales, el impacto de su geometría y la belleza de sus vitrales. Si bien la época de los cuarenta es imposible de recobrar, hoy adquirió nuevas cualidades que demuestran el poder de un estilo, una arquitectura que va más allá de los millones de pesos que se reparten desde su interior.
