Iluminación: Áreas de oportunidad

Publicado en: Noticias | 3 noviembre, 2023

Al diseñar la iluminación de un espacio, un arquitecto puede cometer varios errores que afectan la funcionalidad y estética de dicho espacio. 

Uno de los errores más comunes es no realizar una planificación adecuada de la iluminación desde las etapas iniciales del diseño. Esto puede llevar a una distribución inadecuada de las luminarias, una falta de consideración de los requisitos de iluminación específicos de cada área y una falta de integración de la iluminación con otros elementos arquitectónicos. 

La elección incorrecta de la intensidad y temperatura del color de las fuentes de luz puede tener un impacto negativo en la percepción del espacio. 

Una iluminación demasiado brillante o demasiado tenue puede resultar incómoda para los ocupantes. Del mismo modo, una temperatura de color inapropiada puede alterar la apariencia de los materiales y los colores en el espacio. La falta de un sistema de control adecuado puede llevar a una iluminación estática e inflexible. Sin la capacidad de ajustar la iluminación según las necesidades cambiantes del espacio y los ocupantes, se puede perder la oportunidad de crear diferentes ambientes y mejorar la eficiencia energética. 

También, la falta de consideración de la iluminación natural y su integración con la iluminación artificial puede resultar en un desequilibrio en el espacio. 

No aprovechar al máximo la luz natural puede llevar a un exceso de dependencia de la iluminación artificial, lo que puede afectar negativamente la eficiencia energética y la calidad de la iluminación en general. Por último, no tener en cuenta las necesidades y preferencias de los ocupantes del espacio es otro error común. Cada espacio tiene requisitos específicos de iluminación en función de su uso y de las actividades que se llevan a cabo en él. Ignorar estas necesidades puede resultar en una iluminación inadecuada que no cumpla con los objetivos del espacio ni con la comodidad de los usuarios.

Sin la capacidad de ajustar la iluminación según las necesidades cambiantes del espacio y los ocupantes, se puede perder la oportunidad de crear diferentes ambientes y mejorar la eficiencia energética.

Así, la iluminación natural y artificial desempeñan un papel crucial en el diseño arquitectónico de los espacios. 

La combinación equilibrada de ambos tipos de iluminación ofrece beneficios estéticos, funcionales, emocionales y energéticos. La iluminación centrada en el ser humano prioriza crear espacios luminosos que mejoren la calidad de vida de las personas. Considera aspectos funcionales, emocionales y fisiológicos para proporcionar una iluminación adecuada y confortable que promueva el bienestar y la salud de los ocupantes.

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