Gerardo Broissin: Vivir un espacio

El arquitecto Gerardo Broissin ha tenido un reconocimiento internacional que se sustenta en múltiples obras de gran prestigio, las cuales consolidan a su despacho como una referencia en la arquitectura mexicana.

¿De dónde se nutre un arquitecto para poder expresar su creatividad?

Para eso, yo encuentro dos grandes espacios: el académico y la experiencia. El primero involucra el estudio y la actualización de las nuevas tecnologías y de los sistemas constructivos. Este tema lo he platicado con muchos arquitectos más experimentados y coinciden conmigo: nunca terminas de informarte gracias a la investigación y el estudio.

Corporativo USG

Es algo que, como arquitectos, no debes dejar nunca. Por eso, es importante mantenerse cerca de la academia. De hecho, eso me apasionó mucho; estuve dando clases durante diez años. Por otro lado, está la experiencia, que es más vivencial: te nutres de visitar otras obras, de conocer los trabajos de arquitectos que influyen en los modos de construcción actuales, tanto en la parte arquitectónica como en la social. Pero lo que más me nutre a mí es la gente con la que convivo todos los días: cómo entienden ellos la arquitectura, cómo la viven.

El proceso creativo que se desata en un arquitecto tiene diferentes maneras de consolidarse

Gerardo Broissin explica que se inspira de manera peculiar en los usuarios; platica largamente con sus clientes antes de realizar el proyecto de construcción. No busca conocimientos prácticos sobre arquitectura, sino la manera en que el usuario vive un espacio. <<Me parece que la arquitectura es un elemento que pasa desapercibido en la vida de las personas, salvo las veces en que se acude a un lugar con plena conciencia de observar cierta obra arquitectónica. Pero en general, cuando se está en casa o en la oficina, el espacio es intrínseco de tu vida, como tomar agua, es un acto reflejo prácticamente.>> De esta manera, consigue adaptarse sin problemas a diferentes tipos de arquitectura: <<Siempre hay que estar en contacto con la gente y con el usuario para saber cómo perciben el lugar. Eso me ayuda a no casarme con un estilo ni con un proceso creativo>>.

Centro de Datos Tlalpan, 2017

Sólo después el arquitecto puede iniciar ese difícil ejercicio que implica convertir un espacio en algo que <<va a crear una atmósfera diferente y benéfica para el usuario>> Pese a mantener una apertura en cuanto a las nuevas tecnologías y las visiones de muchos usuarios, Gerardo Broissin no confía en las modas actuales: <<Ahora se puede hablar de técnicas muy sobrias, del uso de material aparente, con trazos muy controlados. Tal vez si se convirtiera esto en tendencia, podría caer en la frialdad. Obras que parecen más esculturas que casas, que llegan a parecer casi un crimen para el individuo que vive ahí>>. La franqueza del comentario sólo puede provocar asombro y tal vez risas involuntarias, pero el arquitecto Broissin continuó con su explicación: <<Esas obras son claramente muy fotogénicas, y cumplen con todos los estándares de modas del momento. Sin embargo, me parece que eso a la larga puede ser muy peligroso para la arquitectura>>.

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