Frida Escobedo: Compromiso Sociocultural

Publicado en: Noticias | 19 noviembre, 2020

Su propuesta va más allá de cualquier rigor estilístico, espacial o topológico, resultado de una amplia experimentación con materiales, signos y sensaciones.

La personalidad de este joven baluarte mexicano es tan difícil de encasillar, así como su arquitectura. Su obra se erige como una versión diferente a la ya clásica mezcla entre la modernidad con la tradición popular. Muchos de los espacios creados por ella, podrían ser interpretados como casuales y presentan también siempre, un sinnúmero de opciones lúdicas.

Su visión multidisciplinaria de la arquitectura le da forma a proyectos que incluyen lo mismo la construcción y diseño de vivienda social, que la regeneración de espacios culturales o la concepción de intervenciones temporales que se activan en el espacio público. Su enfoque se basa en la idea de que “la arquitectura y el diseño representan un medio crucial para plantear preguntas y debatir sobre fenómenos sociales, económicos y politicos”. Bajo esta premisa, el arte, ya sea contemporáneo o clásico, funciona como punto de partida para el desarrollo de cada proyecto.

Nacida en Ciudad de México en 1979, Frida se licenció en Arquitectura y Urbanismo en la Universidad Iberoamericana. Además, cuenta con una maestría en Arte, Diseño y el Dominio Público por la Graduate School of Design de la Universidad de Harvard. Esta última la obtuvo con el apoyo de la beca Arq. Marcelo Zambrano, otorgada a jóvenes mexicanos recién titulados que demuestran potenciales importantes para contribuir de forma innovadora al progreso de la construcción y el diseño en nuestro país.

Aunque ha trabajado de forma independiente desde 2006 —tras dejar el despacho Perro Rojo, donde realizó en 2003 junto con Alejandro Alarcón, La Casa Negra, una casa que podría describirse como una cámara oscura compuesta de blocks de ladrillo con un ventanal de piso a piso que ofrece una vista panorámica—, es a partir de la fundación de su taller en 2009 cuando la obra de Frida se vuelve más popular.

“Cada edificio te cuenta una historia particular. Unos cuentan una historia más larga, o más corta, otros te cuentan la historia personal del arquitecto que lo proyecta, o describen su personalidad o la del proyectista o de quien lo habita”.

Así lo comprueban trabajos como la restauración de La Tallera de Siqueiros, en Cuernavaca; e intervenciones como la que realizó en el Pabellón Experimental del Museo El Eco en Ciudad de México; o en la fuente del Jardín John Madejesky en el Museo Albert & Victoria de Londres, estableciendo una propuesta conceptual para el Desing Festival en Londres en 2015, donde articulaba el lago de Tenochtitlán, en una visión hacia el pasado que mira hacia el futuro a través de infinidad de capas de identidad cultural.

En 2012, su trabajo fue presentado en el Pabellón Mexicano de la Bienal de Arquitectura en Venecia y en 2016 ganó el premio de Arquitectura Emergente que otorga la revista británica Architectural Review. Al año siguiente formó parte de la selección oficial del Emerging Voices de The Architectural League New York, y a partir de 2019 es un Miembro Internacional del Royal Institute of British Architects.

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