El color en los espacios

En los espacios que habitamos, todo comunica, desde las texturas hasta el mobiliario, y el color es un elemento protagonista que no se puede dejar de lado. 

Así como el color en una pintura o una fotografía, el color en los muros de las habitaciones pueden evocar y definir variados estados de ánimo e influir directamente en el estado anímico de las personas que habitan dichos espacios.

Social y sicológicamente,  las personas suelen asociar ciertos colores a sentimientos específicos, con base a la cultura en la que se han visto inmersos y a las experiencias mismas que han vivido. Un ejemplo muy claro es la asociación del blanco con la limpieza y la tranquilidad.

La elección del color de un espacio puede tener efectos complejos sobre cómo se sienten sus usuarios, mientras que una fachada se puede percibir de maneras dramáticamente diferentes dependiendo de sus tonos.

Por ello es sumamente importante tener en cuenta el factor de lo que se quiere comunicar y lograr con los colores, al mismo tiempo del lugar en el que serán aplicados.