Edificio de la Loteria Nacional
Uno de los emblemas de la ciudad, aun con tres terremotos a cuestas
Este edificio, ubicado en el inicio de la avenida Paseo de la Reforma, se convirtió en una de las más importantes muestras arquitectónicas de la Ciudad de México. Pinta un mismo panorama con el Monumento a la Revolución y la Torre del Caballito, exhibiendo la urbanidad en su máximo esplendor.
El Edificio El Moro, como se le conoce comúnmente, marcó el inicio de las grandes construcciones en la capital del país y, por tanto, fue un símbolo de modernización
Con él, comenzaba la cultura de los rascacielos. Inaugurado el 28 de noviembre de 1946, ha sufrido distintas remodelaciones que alteraron su estructura original. Con 107 metros de altura y 20 pisos, esta obra de los arquitectos Manuel Ortiz Monasterio, Bernardo Calderón y Luis Ávila se colocó como el edificio más alto en el país, hasta la llegada de la Torre Latinoamericana. Además, la técnica con la que fue edificado marcó una tendencia para la construcción en zonas sísmicas y terrenos fangosos.
Estilo art decó
Líneas rectas. Acero, cristalería y concreto como materiales fundamentales. El estilo art decó fue una de las grandes tendencias en la Ciudad de México, sobre todo en la primera parte del siglo XX. Con base en esas ideas, se construyeron colonias como la Condesa o la Escandón. La suavidad de los muros busca restar protagonismo a estos elementos. Esta clase de arquitectura guarda relación con el movimiento cubista, sobre todo por la manera de emplear las formas geométricas en las estructuras. Quizás algunos elementos más ostentosos, como el mármol o el hierro se pueden incorporar, de tal modo que sean los encargados de provocar el impacto visual.
El edificio sede de la Lotería Nacional es una clara pieza de este estilo. Su división en tres estructuras principales (base, fachada y remate) sustenta la composición geométrica y el uso primordial de las líneas rectas. La verticalidad es un elemento esencial en la fachada; además, la simetría en la composición resalta nuevamente la geometría del conjunto. Como un auténtico rascacielos, su altura, su color y su forma se combinan para producir un efecto imponente, casi dramático. Asimismo, la herrería utiliza las formas geométricas para adornar la entrada principal. Las letras “Lotería Nacional” aparecen superpuestas en dorado, acentuando los elementos decorativos. A los costados de la entrada, destacan dos estelas de bronce que representan a la diosa Fortuna, y que fueron añadidas en la restauración de 1978, por el grabador y muralista Federico Cantú.
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