Diseños continuos

El sentido detonante de una obra arquitectónica siempre será  la vista

El enfoque de todos los elementos es el primer contacto con el diseño; las formas y las dimensiones configuran el impacto de la obra. Si bien es cierto que la tendencia del diseño trata de involucrar todos los sentidos en una experiencia, la vista se despierta primero ante los diseños y los espacios. Por esta razón, es importante diseñar con base en la continuidad; es decir, que los espacios interiores se sucedan con verdadera fluidez, sin desentonar con las características de los diseños adyacentes.

Un primer recurso para controlar este aspecto son los puntos focales de los espacios. En cada diseño hay un punto destacable, un lugar que atrae los sentidos con mayor recurrencia que otros. Al delimitar bien estos puntos, se puede tener la ventaja de construir diseños o imágenes tomándolos como base para crear una secuencia o, al menos, una sucesión. Un ejemplo es un fractal en un piso cerámico.

En cada diseño hay un punto destacable, un lugar que atrae los sentidos con mayor recurrencia que otros.

Se puede colocar en el centro del espacio y utilizar ciertos colores; el espacio se construye con su propia lógica, pero la siguiente habitación recupera los elementos de ese fractal, es decir, del punto focal anterior. De ese modo, se crea una sucesión fluida, que contribuye a un impacto agradable y armónico.

Otro aspecto con el que se puede favorecer la sucesión ligera es usar la misma línea de piso cerámico en ambos espacios, con lo cual se eliminan las barreras visuales entre habitaciones. Sin embargo, si se prefiere una sucesión de contrastes, basta con incorporar semejanzas de colores y texturas en uno y otro espacio, de tal modo que se aminore la diferencia entre los diseños.

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