Concreto lanzado: la fuerza de una mezcla

Publicado en: Noticias | 22 septiembre, 2021

Esta forma de aplicar concreto implica desarrollo en tres niveles: el de la técnica o tecnología de la aplicación, el de la mezcla cada vez más especializada y, obviamente, el arquitectónico.

El concreto es, sin duda, uno de los materiales más utilizados por los arquitectos, pero también uno de los más idealizados. Conocido desde hace miles de años, no fue si no hasta principios del siglo XX que comenzó a desarrollarse y emplearse en las construcciones más impresionantes. Gracias al llamado “cemento Portland” (una especie de cemento hidráulico patentado en 1824 por los estadounidenses Joseph Aspdin y James Parker), los albores del siglo XX fueron testigos del intenso crecimiento de la industria del cemento. Con este desarrollo, también llegaron obras que iban desde un puente de más de 50 metros de luz (que es la distancia que hay, en proyección horizontal, entre los apoyos de un puente), para atravesar el río Rin en Suiza; hasta la Casa Domino, construida en 1914 por Le Corbusier, con pilares de concreto armado.

El concreto lanzado es un sistema de colocación de concreto, en el que éste se transporta a través de una manguera y se proyecta neumáticamente, a alta velocidad, sobre una superficie.

Forma es estilo

Otro de los arquitectos que también tuvo una especie de obsesión por encontrarle aplicaciones inusitadas al concreto, fue Frank Lloyd Wright. Este estadounidense, nacido en 1887, construyó en 1929 el primer rascacielos hecho de concreto. Aunque su obra más impresionante sería el Museo Guggenheim, en Nueva York. Ahí fue donde verdaderamente aprovechó las propiedades maleables del concreto y erigió un edificio con formas orgánicas, fluidas y dinámicas. El museo contrasta visiblemente con el entorno neoyorkino, cuadrado y de ángulos rectos, lo que lo hace un verdadero oasis para los ojos y los pensamientos de quienes habitan la ciudad.

Otro ejemplo arquitectónico espectacular, en el que también se utilizó el concreto de forma importante, es la Ópera de Sídney, en Australia. Diseñada por el arquitecto danés Jorn Utzon en 1957, e inaugurado en 1973, esta edificación es reconocible por las altas estructuras de sus tejados. Estas “conchas” gigantes, que lo hacen tan memorable, están hechas de concreto y se apoyan en varias costillas construidas con el mismo material.

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