Concreto lanzado: detrás de la apariencia
El concreto lanzado es un sistema de colocación de concreto, en el que éste se transporta a través de una manguera y se proyecta neumáticamente, a alta velocidad, sobre una superficie.
El concreto lanzado no sólo es un artificio estético o de simple estética. Hay ciertos escenarios arquitectónicos que requieren utilizarlo, ya sea porque la obra tiene dimensiones muy grandes o porque esta forma de aplicar el concreto permite llegar a lugares muchas veces inaccesibles para las manos de un trabajador. Lo mismo en un talud –donde genera estabilidad–, que en cisternas, tanques de agua, canales o drenajes, donde su uso es indispensable por ser impermeable. Por otro lado, su resistencia permite que túneles, minas, diques o represas, sean sitios más seguros.
Con la mezcla adecuada y una aplicación correcta, el concreto lanzado formará un material sólido, durable y con una alta resistencia a la compresión, la abrasión, el calor y los cambios climáticos.
Como es de suponerse, esta forma de aplicar concreto requiere de cierta técnica y herramientas muy especiales. Es necesario contar con un compresor de aire de 300 a 900 CFM, además de mangueras y conexiones adecuadas para transportar 3 pies cuadrados de mezcla por minuto, a una presión de 100 libras por pulgada cuadrada. También son necesarias una revolvedora de sacos premezclados y una bomba de agua de alta presión. El equipo de seguridad para el personal incluye casco, lentes, botas, mascarilla, guantes, arnés y protección auditiva.
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