¿Cómo se fabrica un grifo de agua?
Los grifos son la última parte de una instalación de agua, la única que tiene contacto físico con el usuario, tanto que arquitectos, constructores o interioristas, le otorgan gran valor estético a dichos elementos en sus acabados.
La manufactura de un grifo de calidad se elabora a partir de un caño de bronce, que doblado, cortado y soldado a otros tubos y conectores, también de bronce; darán forma a nuestra llave. Procesos de limpieza y desengrasado serán necesarios, antes de soldar las puntas roscadas. Gracias a una rueda abrasiva, se da el proceso de pulido para dar un acabado brillante a la pieza. Es aquí donde inicia el acabado final del grifo: se sumerge entonces la pieza de bronce en un ácido con níquel disuelto, la aplicación de corriente eléctrica atrae las partículas de níquel contra los caños, enchapándolos con una capa delgada y uniforme.
Por su diseño, hoy los grifos de agua pueden ser un deleite para nuestra vista, pero también es importante saber qué proceso llevan para saber su calidad.
Los caños y otras piezas se llevan a una cámara especial para ser expuestos a radiaciones de circonio, logrando con ello dotar al acabado de gran resistencia. Por último, el cuerpo de la válvula de agua se elabora a través de procesos de maquinado y de aplicación de sellos herméticos, para la eficiente funcionalidad de la válvula de agua.
La mayoría de los grifos residenciales son grifos de cartucho de control simple o doble. Algunos tipos de control único, utilizan un núcleo de metal o plástico, que funciona verticalmente. Otros utilizan una bola de metal, con sellos de goma de resorte empotrado en el cuerpo del grifo. Los grifos de control dual -más baratos- contienen cartuchos de nylon con juntas de goma. Algunos grifos tienen un cartucho de disco de cerámica que es mucho más duradero.
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