¿Cómo elegir un impermeabilizante?

Para evitar que las edificaciones sufran deterioro por causa de humedad, debe implementarse al menos un sistema de impermeabilización en todas las partes de una vivienda, de lo contrario, además del desgaste, reduciremos la vida útil del inmueble.

Un ambiente con alta densidad húmeda propicia la aparición de la mezcla de sales conocida como salitre, formada por nitrato de potasio y nitrato de sodio, la cual puede adherirse con mucha facilidad a las superficies porosas y puede penetrar los materiales porosos de las construcciones, como los tabiques, que absorben poco a poco la humedad, hasta que es perceptible en muros y techos.

No obstante, la falla estética del inmueble pasa a segundo término, puesto que el salitre, al provocar levantamientos en los revestimientos, favorece que surjan hongos y moho, provocando el crecimiento y la propagación de ácaros, lo que a su vez repercute en la salud de los habitantes, junto al riesgo que implica coexistir en una vivienda humedecida, por tanto, vulnerable e incómoda.

El momento ideal para impermeabilizar una vivienda es desde la fase de construcción, pero en caso de que esto no se haya llevado a cabo, se recomienda realizar la impermeabilización del inmueble cuanto antes.

La forma más común para explicar por qué se debe impermeabilizar una edificación, se resume en que el agua afecta la estructura; sin embargo, la filtración gradual de agua en un edificio con impermeabilización inadecuada provoca:

• Daños estructurales que pueden desestabilizar los cimientos de la estructura que, al paso del tiempo, se hará más y más insegura.
• Pérdida de temperatura interior, pues tan solo una pared con el 7 por ciento de su superficie húmeda, pierde 90 por ciento de su capacidad aislante.
• Daños en la apariencia que reducen la inversión que conllevan los acabados.
• Pérdida de la propiedad de los materiales, porque dentro de las superficies el agua se evapora y se expande, provocando grietas y fisuras en los materiales para poder salir.
• Daños en la salud de los habitantes, ocasionados por la formación y propagación de hongos, moho y bacterias.

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