Casa Nogal, doméstico pero rudo
Este edificio es creación del arquitecto mexicano más reconocido en el extranjero, Bernardo Gómez-Pimienta, un apasionado de su profesión y gran conocedor de su historia.
Calificado recientemente por la revista Time como uno de los miembros más sobresaliente de una generación de arquitectos que tratan de construir una nueva imagen de México, tuvimos el privilegio de charlar con él para presentarles la Casa Nogal, una de sus creaciones. Recién nombrado miembro de la Academia Francesa de Arquitectura, le sorprendió ser el único latinoamericano con tal privilegio. “En mi discurso de ingreso les platiqué de la trascendencia de la arquitectura mexicana. Hemos hecho arquitectura por cinco mil años, pocos países tienen una tradición tan longeva. Nuestros edificios prehispánicos son de una calidad inigualable: Uxmal o Teotihuacán son literalmente increíbles. Después vino la Colonia, luego el Modernismo, la era contemporánea y seguimos haciendo arquitectura, hombres y mujeres de todas las edades. Creo que nuestra arquitectura goza de buena salud”.
Dueño de una visión completa de nuestra historia arquitectónica –académico a fin de cuentas– resulta imposible no preguntarle por la condición actual de nuestra arquitectura: “Ahora mismo, nuestro país está en una etapa de recuperación de edificios. Lo mismo sucede en ciudades tan antiguas e importantes como Roma o Venecia, donde hacer un edificio nuevo es algo impensable. Esto es algo muy importante porque va de la mano de la sustentabilidad y es otra de las responsabilidades que tenemos los arquitectos como contaminar menos y proteger la energía o el agua”.
“Tuvimos mucha suerte porque nos pidieron, por un lado, la parte de arquitectura y, por otro, los interiores. Como despacho, hacemos arquitectura pero también diseño industrial”.
Casa Nogal
Hablando del proyecto que nos ocupa, él y su despacho se han encargado durante el último año de diseñar y construir el inmueble con el que se premiará al ganador del Sorteo Tec; llamada Casa Nogal, le preguntamos qué hace tan particular este proyecto: “Mira, allí pasó una cosa bien interesante porque, por un lado está el programa de sorteos del Tec y, por otro, el hecho de que es un proyecto de la Universidad del Tec de Monterrey. Estas viviendas reflejan el nombre de la institución, lo que es una gran responsabilidad. Han sido muy respetuosos con el proyecto pero también han estado muy pendientes de la calidad de los sistemas constructivos, aunque eso incrementó el costo. Si la casa que le van a dar a alguien en una rifa, se empieza a desarmar a la media hora, sería muy negativo para el prestigio de la universidad. De entrada, la Casa Nogal va a ser visitada por al menos 40 mil personas antes de la rifa. No es una casa que usarán un par de personas en su vida diaria. Es más bien como el vestíbulo de un aeropuerto, con un uso rudo similar al de una estación de autobús o de metro. No puede ser que después de que pasen estos cuarenta mil visitantes, la casa parezca una ruina”.
¿Hasta dónde llegan ustedes en la concepción espacial de este inmueble?
“Tuvimos mucha suerte porque nos pidieron, por un lado, la parte de arquitectura y, por otro, los interiores. Como despacho, hacemos arquitectura pero también diseño industrial. Hicimos un proyecto integral que incluye arquitectura, interiores y también unas 60 piezas de mobiliario diseñadas por nosotros: mesas, sillas, vajilla y todo tipo de objetos fabricados en exclusiva”.
“Estas viviendas reflejan el nombre de la institución, lo que es una gran responsabilidad”.
La obra duró un año desde la primera llamada telefónica hasta la entrega. Una casa totalmente construida, con interiores y acabados; además de objetos, mobiliario e instalaciones. Un tiempo muy corto si consideramos las inconveniencias que tuvimos que sortear. “El terreno presentaba cierta problemática: tenía forma de pizza mordida, estaba metido en un hoyo y albergaba cinco árboles de nogal. Decidimos salvar todos los árboles y establecimos un límite muy tenue entre el interior y el exterior, y entre los espacios mismos de la casa. La sala-comedor-biblioteca-terraza-alberca, por ejemplo, terminó siendo un espacio continuo con dos niveles de doble altura que se comunican y, al mismo tiempo, giran en torno a un árbol”.
Hay otras cosas que Bernardo también considera en todas sus obras. “La parte de la sustentabilidad en un terreno altamente sísmico es una responsabilidad mayor que debemos asumir todos lo arquitectos e ingenieros. No podemos construir edificios que pongan a la gente en problemas de colapso. Además de la parte estética y estructural, hay una responsabilidad muy importante al respecto. En países como México, Chile o Japón, donde hay temblores muy fuertes, es una responsabilidad muy grande, incluso penal”.
“Nuestra profesión es un servicio, resolvemos problemas de manera tridimensional, proyecto tras proyecto”.
Detalles finales
Conociendo la especialidad de nuestra publicación, el arquitecto Gómez-Pimienta nos revela su opinión acerca de los acabados: “Son tan importantes como la estructura o la cimentación. No son sólo la última capa que colocas, pueden ser incluso el sistema constructivo o estructural. Desde una vivienda unifamiliar, hasta un proyecto gigantesco, los acabados son importantísimos. Es lo que la gente puede tocar cuando utiliza un edificio”.
Asimismo, nos da una perspectiva histórica propia de una de sus cátedras: “Los acabados han cambiado mucho con el tiempo. Hace 2 mil años, la parte estructural se convertía en el material de acabado. Con los romanos, los griegos o los mayas, se tenía lo que había. Ahora, la tecnología ofrece gran variedad, aunque no todos son óptimos para todos los casos. Algunos, de hecho, envejecen de manera cuestionable, un problema de prácticamente todos los edificios de los últimos 60 o 70 años. Esto tiene ver con costos, pero también con que los materiales son tan novedosos que los arquitectos nos entusiasmamos y los empleamos sin hacer suficientes ensayos de cómo podía reaccionar tal material a lluvia ácida, cambios de temperatura, etcétera”.
Soluciones tridimensionales
Para finalizar, nos revela la pasión que tiene por su oficio y por qué, igual que sus construcciones, se mantiene de pie al día de hoy: “Los arquitectos tenemos la mejor profesión del mundo. Tener una idea y llevarla a cabo, construyéndola, es maravilloso lo mismo que poder seguir haciendo obra. No hay un solo arquitecto que conozca que quiera jubilarse e irse a vivir a la playa. Lo que nos entusiasma es poder segiur haciendo arquitectura y resolver edificios. Nuestra profesión es un servicio, resolvemos problemas de manera tridimensional, proyecto tras proyecto. Nuestra oficina hace lo mismo proyectos pequeños de diseño industrial -como cuchillos, vasos, mesa o sillas-, que proyectos urbanos enormes, como la remodelación de Masaryk. Es lo mismo: resolver problemas de la mejor manera posible y que lo que se proyectó funcione para el cliente”.
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