Arquitectas que trascienden tiempos y fronteras

Publicado en: | 12 julio, 2021

Igual que en otros ámbitos, las mujeres en la arquitectura han tenido que hacer valer su voz y trabajo por méritos propios. Sin embargo, hay pruebas de su labor arquitectónica que datan de hace siglos. Hoy, esa participación es más visible y, afortunadamente, más reconocida.

La arquitectura es uno de esos campos en la actualidad que, afortunadamente, se aleja poco apoco de la dictadura del patriarcado. Primero, y de forma paulatina, las mujeres arquitectas comenzaron a visibilizarse en la primera mitad del siglo XX. Después, y de forma acelerada durante los últimos 40 años, reafirmaron su presencia y valía con grandes obras. Hoy en día, su presencia es una realidad y existen infinidad de ejemplos que confirman su presencia en nuestras sociedades. Pero más allá de esta incorporación de las mujeres a la arquitectura en la era moderna, habrá que recordar que su papel en dicho ámbito se remonta a la prehistoria.

Existen datos de participación femenina en el acondicionamiento de cuevas que datan de tiempos remotos. Por ejemplo, la gruta de Pech Merle, ubicada en el sur de Francia, aloja una serie de pinturas rupestres que fueron hechas por manos femeninas. También hay registros de pueblos antiguos en los que las mujeres constructoras tenían un papel fundamental, como las mujeres beduinas de Medio Oriente. En Kenia y Tanzania, se sabe que las moradas masai fueron hechas por mujeres, lo mismo que las llamadas malocas de la etnia Erigbaasta, en la cuenca noroeste del Amazonas.

En nuestro país, tal vez no contemos con registros tan visibles de la participación de las mujeres en la arquitectura prehispánica, ni colonial. Lo que sí podemos confirmar, es la existencia de verdaderas pioneras en la materia. Un ejemplo es el de María Luisa Dehesa (1912-2009), que fue la primera mujer mexicana en recibir un título que la acreditaba como arquitecta. Por su parte, Ruth Rivera Marín (1927-1969), hija de la escritora Guadalupe Marín y el pintor Diego Rivera, fue la primera mujer que ingresó a la Escuela Superior de Ingeniería y Arquitectura del IPN.

La realidad actual de la arquitectura en nuestro país, en términos de igualdad de género, no podría ser más paradójica. Por un lado, tenemos cifras que indican que en 2018 la mayoría de los ingresos de estudiantes a la carrera de arquitectura eran mujeres; sin embargo, en el terreno laboral, hasta un 66% de los arquitectos y urbanistas disponibles en el mercado, eran hombres.

Por otro lado, tenemos una buena cantidad de arquitectas nacidas en nuestro país, posicionadas exitosamente en el terreno
nacional e internacional.

Siguiendo con el recuento de presencia femenina en la arquitectura, que comenzamos en la edición 19 de MA, preparamos algunas semblanzas de arquitectas destacadas de ayer y hoy.

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