5 obras destacadas de Luis Barragán

“La función de la arquitectura debe resolver el problema material sin olvidarse de las necesidades espirituales del hombre”  

Casa estudio Luis Barragán (1948)

Nombrada Patrimonio Mundial por la UNESCO en 2004, Barragán la habitó desde su construcción hasta que falleció en 1988. Probablemente, es su obra más conocida, una síntesis entre lo moderno y tradicional donde usa los colores, los espacios abiertos y la luz, como elementos integrales de la obra. Para este último elemento, los tragaluces y ventanas son esenciales, ya que el juego entre luz y sombra, crea una dinámica única al interior. “Mi casa es un refugio, una pieza emocional de arquitectura, no una pieza fría de conveniencia”, dijo tajantemente alguna vez.

Capilla de las Capuchinas (1953-1960)

Este fue un proyecto en el que Barragán trabajó gratis e, incluso, financió una parte. “Católico que soy, he visitado con reverencia y con frecuencia los monumentales conventos que heredamos de la cultura y religiosidad de nuestros abuelos, los hombres de la Colonia, y nunca ha dejado de conmoverme el sentimiento de bienestar y paz que se apodera de mi espíritu al recorrer aquellos hoy deshabitados claustros, celdas y solitarios patios. Cómo quisiera que se reconociera en algunas de mis obras la huella de esas experiencias, como traté de hacerlo en la capilla de las monjas capuchinas sacramentarias, en Tlalpan “, dijo Barragán cuando recibió el Premio Pritzker.

Torres de Satélite (1957-1958)

Están inspiradas en las Torres de San Gimignano, en la Toscana italiana y fueron hechas como encargo especial para el proyecto urbanístico Cd. Satélite, aunque los clientes originalmente habían pensado en una fuente. Se trata de cinco prismas triangulares, huecos y sin techo, de diferentes colores y alturas, teniendo la más alta 52 metros. Las cinco torres se erigen sobre una plaza que tiene una ligera inclinación, por lo que su verticalidad las hace contrastar aún más en medio del paisaje urbano. Concebidas como un ardid publicitario en su época, se han convertido con el tiempo en un referente cultural de esa zona del Edo. de México.

Los Clubes

Barragán comenzó este proyecto, otra de sus obras más conocidas, a los 62 años de edad. Está enmarcado dentro de la Cuadra San Cristóbal, una serie de caballerizas pensadas especialmente para una comunidad de caballistas, dentro del Fraccionamiento Los Clubes, en Atizapán, Edo. de México. Se considera un logro mayor de la geometría, en la que destaca la simplicidad, que hace posible que los distintos espacios se integren orgánicamente. Incluye uno de los elementos favoritos de Barragán: el agua, que corre por un acueducto hasta caer en un estanque, a semejanza de los bebederos para caballos de su infancia, en la hacienda paterna.

Casa Giraldi (1988)

Después de casi 10 años de inactividad, a los 80 años, Barragán realizó su última obra. Ubicada en San Miguel Chapultepec, en la CDMX, se erige entorno a dos elementos principales: una alberca y una jacaranda. Para Barragán, lo más interesante era el desafío que constituía mantener el enorme árbol y construir no sólo entorno a él, sino también integrarlo a la composición arquitectónica. Por su parte, la alberca, al recibir los rayos del sol hace que los muros, bloques de color azul y rojo, muestren tonalidades diferentes a lo largo del día. De hecho, el movimiento natural del agua produce tonos muy variados durante todo el día.

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